El Euribor, referencia tradicional para las hipotecas, tendrá en 2015 una nueva versión: se trata del Euribor Plus, una iniciativa que parte de la Comisión Europea con la intención de dar rigor y transparencia a los préstamos hipotecarios. ¿Cómo afectará a los consumidores este nuevo indicador? Veámoslo.
Actualmente, el Euribor se fija con un método de cálculo basado en la estimación de una treintena de bancos europeos, que toma como base el precio al que las entidades se prestan dinero. El problema es que no se trata de una referencia real, sino de una aproximación estimativa, lo que posibilita las opciones de manipulación. De hecho, la Comisión Europea impuso multas millonarias a seis bancos europeos a finales del año pasado por manipular los tipos interbancarios.
Con la introducción del Euribor Plus, la Comisión Europea pretende aportar mayor certeza al método de cálculo, consiguiendo así un control más justo sobre las hipotecas.
En la práctica, esto significa que el nuevo índice ya no tomará como referencia las expectativas de los cerca de treinta bancos, sino los tipos de interés de transacciones que realmente se han realizado. Se produce, por tanto, un paso de la especulación a la certidumbre. O, dicho de otra forma, una ‘objetivación’ del dato, con el propósito de aportar rigor y seguridad a los consumidores.
Sobre el papel, el Euribor Plus será ventajoso para el ciudadano de a pie, ya que habrá un mercado de oferta y demanda basado en datos reales, y no ficticios. Sin embargo, el resultado del cambio podría ser una subida del tipo aplicado para el consumidor final.
Además, el Euribor Plus podría tener un problema, y es que actualmente hay pocas operaciones ‘reales’ entre bancos que tengan un plazo superior a tres meses -que es el periodo que se toma como referencia-. Esto significa que la muestra tomada para el cálculo sería reducida, lo que podría adulterar el rigor del resultado.