Firmar una hipoteca no es acontecimiento cualquiera: va a comprometer tu vida económica durante las próximas décadas y, en consecuencia, va a condicionar lo que puedes y lo que no puedes hacer. La hipoteca nos puede impedir dejar un trabajo que no nos gusta, o puede llegar a convertirse en un escollo familiar si no se gestiona bien. Por eso es importantísimo que no nos lo tomemos a la ligera.
Aquí van algunos consejos que puedes tener en cuenta si tienes intención de comprometerte con una hipoteca próximamente:
1. Infórmate:
Si vas a negociar una hipoteca, deberías dominar mínimamente el vocabulario básico. De la misma manera que no vas a comprar un coche sin saber qué son los frenos ABS o un motor diésel, no puedes contratar una hipoteca sin saber qué es el euríbor, una cláusula suelo, un aval o una comisión de cancelación. En este link encontrarás las definiciones esenciales que necesitas para empezar a manejarte.
2. Compara:
Las hipotecas son un mercado más, y como todos los mercados tiene sus reglas, su oferta y su demanda. Una buena información te ayudará a averiguar si las condiciones que te ofrecen son buenas o no. Elabora una sencilla tabla comparativa en la que consten, al menos, estas variables:
a) Porcentaje que cubre la hipoteca (sobre el valor de la tasación)
b) Comisiones (apertura, estudio, amortización, cancelación)
c) Interés (euribor + diferencial)
d) Plazo que se nos exige para la devolución
e) ‘Peajes’ (lee el punto 4 de este mismo post).
3. No confundas al banco con tu amigo:
No importa la confianza que te inspire la persona que te ofrece una hipoteca. Aun tratándose de una persona afable y cercana, no debemos olvidar que profesionalmente se deben a su empresa (es decir, el banco) y sus intereses no necesariamente coinciden con los tuyos. De hecho, es bastante probable que no sea así. El consejo anterior (comparar) te ayudará a aclarar este otro punto.
4. Cuidado con los ‘peajes’:
Bajo la apariencia de una hipoteca ‘golosa’ (por ejemplo, con un interés atractivo) puede esconderse un mal acuerdo para ti. La vida de una hipoteca puede alargarse durante muchos años y es posible que en ese tiempo necesites cambiar de entidad. Asegúrate de que la hipoteca no te ‘ata’ de por vida. Y si es así, examina la relación coste-beneficio para ti. Cuidado también con los productos que te obliguen a contratar junto con la hipoteca, si es el caso. Incorpóralos también a la tabla comparativa que te sugeríamos en el punto 2.
5. Asesórate:
Ya hemos hablado de la importancia de contratar una hipoteca. ¿Te imaginas ir al concesionario a comprar 15 vehículos a la vez? Pues ese es el volumen que vas a manejar probablemente con tu hipoteca. Invierte tiempo, y dinero si fuera necesario, en buscarte un buen asesor que te transmita confianza.