¿Vas a firmar una hipoteca? En contra de lo que mucha gente cree, cerrar la operación con éxito puede ser un trámite relativamente sencillo. Pero para ello debemos tener en cuenta algunos aspectos básicos. Aquí van los 10 pasos que deberás dar para ir por el buen camino.
1. Antes de empezar, olvídate del cliché clásico («a ver si me dan dinero») y afronta la operación como lo que realmente es: te dispones a comprar un producto llamado dinero. Y, como en cualquier compra, debes mirar quién te ofrece lo mejor… y a mejor precio.
2. Infórmate de lo que ofrece el mercado. Si vas a comprar un coche, probablemente consultarás revistas o webs especializadas de motor. Ahora vas a comprar dinero por un valor muy superior al de un automóvil, así que es buena idea hacer lo mismo: ponte al día. Nunca habíamos tenido tanta información disponible como ahora, pero a menudo ese mismo flujo de información puede convertirse en un problema si no sabemos interpretarla. Si es el caso, puedes pedir ayuda a nuestros profesionales de Ferco Gestión.
3. Compara presupuestos: sí, también con la banca hablamos de presupuestos, como si fuéramos a comprar un coche o a hacer obras en la cocina. Te será útil elaborar tu propia cuadrícula con los siguientes parámetros: a) entidad, b) cantidad que están dispuestos a cubrir, c) Años de duración, d) Tipo de interés, e) comisión de apertura, f) Comisión de cancelación anticipad, g) Otras comisiones.
4. Haz números: ¿qué ingresos esperas tener de forma regular durante los próximos años?¿Qué cuota puedes pagar de forma razonable sin superar el 40% de tus ingresos? En este aspecto y para facilitarte el trabajo, puedes utilizar la calculadora de hipotecas Ferco.
5. Pide por escrito las condiciones. Una vez te has informado de lo que puede ofrecerte cada entidad, pide por escrito la opción u opciones que más te hayan interesado. Te ayudará a acabar de analizar los pros y contras.
6. Proyecta tu futuro. A todos nos gustaría tener una bola de cristal donde poder ver lo que nos depara el futuro. Como no es posible, tendremos que conformarnos con una aproximación. Es importante que pienses que una hipoteca te vincula a un banco o entidad durante un largo periodo de tiempo. ¿Podrás afrontar tu responsabilidad durante todos esos años? Habla con personas de tu entorno que te expliquen su caso y trata de prever escenarios. Obviamente, nunca tendremos la garantía absoluta de acertar, pero es mejor que no haber hecho ningún análisis.
7. Negocia. Bien: ya sabes que puedes afrontar una hipoteca, tienes varias opciones y te dispones a escoger la mejor. Ha llegado el momento de negociar. Analiza si tienes poder para ello (por ejemplo, una nómina fija, recibos domiciliados, potencial para contratar otros productos…). En resumen: analiza si eres o puedes ser un buen cliente para esa entidad, y trata de sacar partido. Tal vez puedas conseguir una rebaja en la comisión de apertura, anular la de cancelación anticipada, reducir el tipo de la hipoteca…
8. Estudia los ‘lastres’: ¿A qué te compromete firmar una hipoteca? Teóricamente, se compromete solo a pagar la cuota mensual. Si tratan de imponerte ‘peajes’ o ‘lastres’ imprevistos, estúdialos antes de seguir adelante.
9. Revisa tu contrato de compra-venta. Olvídate por un momento de la hipoteca y revisa las condiciones de compra de tu vivienda. ¿Está todo claro? ¿Están fijados los plazos? ¿Hay algún nuevo imprevisto que condicione la operación? ¿Está toda la documentación en regla? Muchas firmas de hipoteca se van al traste en el último momento por no revisar estas condiciones. Te ahorrarás muchos dolores de cabeza.
10. Firma: llegó el ‘Día D’. La firma ante notario es un trámite obligatorio, como es sabido. Teóricamente, el notario se limitará a repasar las condiciones que previamente has pactado con tu entidad. Algunos notarios son más didácticos y prefieren explicar los detalles para asegurarse de que realmente los has entendido (no siempre es así). En cualquier caso, firma únicamente si todo lo que se plasma en el papel coincide con lo pactado. En caso contrario, no dudes en dejar el bolígrafo sobre la mesa y aclarar lo que haya que aclarar. Más vale pasar un mal rato en ese instante que arrepentirse durante años.